Hace algo más de 20 años, en 1987, la familia Ferrer, gente melómana y leal a la idea de la propagación de la música clásica, con el apoyo de sus vecinos del pequeño pueblo de Sant Carles de Ibiza, iniciaron el Festival Internacional de Música y El Concurso Internacional de Piano. En poco tiempo, ambos eventos, que tienen lugar conjuntamente cada dos años, finales de agosto y principios de septiembre, se convirtieron en un importantísimo foro internacional de música.
Por su singularidad y nivel de organización el Concurso de Ibiza es, de hecho, una clase magistral de gran valor, y no sólo para los concursantes, sino también para profesionales maduros, concertistas y pedagogos.
La última, la XIX, edición del Concurso reunió 99 jóvenes promesas de 31 países: 16 surcoreanos, 13 rusos, 12 chinos, 9 españoles, 8 italianos, 5 polacos, 4 ucranianos, 3 estadounidenses, 2 japoneses, etc., que a lo largo de la semana pasada tuvieron que demostrar sus habilidades musicales en el Centro Cultural de Sant Carles.
Los concursantes se agruparon en dos categorías de edad: nacidos a partir de enero de 1994 (14 juveniles) y de 1980 (85 pianistas). Entre los anfitriones también había dos jovencísimos, trece añeros, pianistas, el ilicitano Francisco José García Verdú y María de los Ángeles Ayala Moreno, de Totana, discípulos de la profesora Tamara Harutyunyán del Centro Profesional Autorizado “ANMAVI” de Murcia. A pesar de su edad tan corta, ambos poseen ya cierto reconocimiento en los círculos musicales.
El jurado estaba formado por ocho profesionales, en su mayoría de renombre internacional: dos de China y un representante de Grecia, Armenia, Canadá, Eslovaquia, España y Portugal.
La competición se desarrolló en la fase única en la que los concursantes tenían que presentar tres obras: un Preludio y Fuga de J.S.Bach, una Sonata y una de libre elección. En ambas categorías se disputaban tres premios indivisibles. A parte, para todos los concursantes, indistintamente de la categoría, se habían establecido cinco premios especiales por la mejor interpretación de la obra: la de J.S.Bach, la Sonata, la romántica, la contemporánea y la española.
Se desplegó una dura lucha musical digna de admiración y de una detallada descripción, dejémosla para la crítica especializada. En la categoría de pianistas fue evidente el dominio de los europeos; los premios se repartieron en el siguiente orden descendente: Renata Benvegnú (Italia), Gintaras Janisevicius (Rusia - Lituania), Maksym Kulabukhov (Ucrania).
De una manera excepcional el Jurado valoró y por unanimidad otorgó el Premio Especial a nuestra María de los Ángeles por su brillante interpretación del Preludio y Fuga num.4 en Do sostenido menor BWV 873 de J.S.Bach, posiblemente uno de los más complicados entre todos sus 48 del Clavier Bien Temperado. No olvidemos que por este premio optaban 99 concursantes y algunos de ellos doblaban a la niña en edad y en experiencia.
Entre los juveniles los premios recibieron los dieciséis añeros Alexander Vorontsov (Rusia), Daniel Rodríguez Hart (Cuba) y Zeyu Huang (China).
Una digna competitividad y un alto nivel reveló nuestro Francisco José y sólo cierta falta de experiencia le impidió meterse en el reparto de los premios. En cambio, el joven recibió en persona los elogios del Presidente y algunos miembros del Jurado y la Mención Especial..
A propósito, para los seguidores de ese jovencísimo pianista y los melómanos quisiéramos mencionar que a principios de octubre Francisco José actuará en el Gran Teatro de Elche con la Orquesta Sinfónica de la ciudad: interpretarán el Concierto num.1 en Re menor BWV 1052 de J.S.Bach.